Los sistemas de calefacción eléctrica funcionan mediante conexión a la red eléctrica y convierten la electricidad en calor mediante diferentes aparatos eléctricos. Es una alternativa limpia, libre de gases contaminantes y respetuosa con el medio ambiente. Además, su instalación es muy sencilla y apenas requiere mantenimiento.
Como principal desventaja, y aunque la inversión inicial es muy reducida, es una de las opciones más caras de mantener debido al alto precio de la luz con respecto a las tarifas de gas natural.
Por todo esto, la calefacción eléctrica suele ser aconsejable para viviendas pequeñas o en regiones cálidas que necesitan poco tiempo y potencia para calentarse. Aún así, gracias a los avances tecnológicos, los nuevos sistemas de calefacción eléctrica presentan mayores niveles de eficiencia.
Dentro de los sistemas de calefacción eléctrica, los dispositivos más empleados son los radiadores eléctricos y las bombas de calor. Estas últimas sirven tanto para calentar como para enfriar una estancia.